Cómo el tartán se convirtió en parte de la historia del Volkswagen Golf GTI
Ningún auto ha hecho del tartán algo tan icónico como el Volkswagen Golf GTI. La presentación del Volkswagen Golf GTI en 1976 causó sensación. Aunque solo algunos detalles lo distinguían visualmente del Golf original, Volkswagen, gracias a la influencia de una de las primeras diseñadoras de la empresa, logró transformar ese auto compacto en un auto deportivo asequible para las masas y captar el espíritu de la época.
El departamento de Telas y Colores de Volkswagen, con sede en Wolfsburg, Alemania, contrató a Gunhild Liljequist, pintora de porcelana y diseñadora de cajas de caramelos de profesión, en 1964, cuando tenía solo 28 años. Su trabajo se centró en los tonos de pintura, los acabados y los detalles interiores, por lo que cuando el primer Golf GTI entró en producción en la década de 1970, se le encargó diseñar varios elementos de su interior con una perspectiva deportiva. La genialidad de Liljequist se centró en darle al GTI dos elementos textiles distintivos, pero simples: un patrón de tartán para los asientos y una palanca de cambios estilo pelota de golf.
"El negro era deportivo, pero también quería color y calidad", comentó Liljequist. "Me inspiré mucho en mis viajes por Gran Bretaña y siempre me llamaron la atención los tejidos de gran calidad con estampados a cuadros... se podría decir que hay un elemento de deportividad británica en el GTI".
¿Y la palanca de cambios en forma de pelota de golf?
“¡Fue una idea completamente espontánea!” dijo Liljequist. “Simplemente expresé mis asociaciones deportivas y de golf en voz alta: '¿qué tal una pelota de golf como palanca de cambios?'”
Aunque sus ideas enfrentaron cierta resistencia, el patrón del asiento de tartán y la palanca de cambios en forma de pelota de golf se convertirían en una parte icónica del GTI.
Para una mujer a la que personalmente le encantaban los estampados en blanco y negro, el color iluminó el mundo profesional de Liljequist a lo largo de sus 30 años de carrera en Volkswagen. Las décadas de 1960 a 1980 fueron una época muy creativa y experimental en el diseño de automóviles, y el trabajo de Liljequist ayudó a influir en algunos de los tonos de pintura, molduras y detalles interiores más icónicos de Volkswagen, al tiempo que diseñaba algunos modelos especiales propios.
Más allá del Golf GTI, sus dos contribuciones más notables al mundo del automóvil fueron su edición limitada de 1987 'Etienne Aigner' Mk1 Golf Cabriolet, un diseño de automóvil influenciado por el fabricante de lujo de bolsos, maletas y otros accesoriosde cuero, y su descubrimiento de un color perla iridiscente que aplicó a la superficie de un automóvil, utilizando una lámina transparente. La calidad metálica de la pintura de los coches modernos de hoy en día es en parte el resultado de la experimentación de Liljuquist con la pintura y el color. Liljuquist se retiró en 1991, pero su legado está literalmente cosido en el tejido de Volkswagen.